lunes, 8 de marzo de 2010

Huir hacia adelante...


Confieso que a veces me gustaría huir hacia atrás. A cuando todo era sólo un sueño. Ahora el sueño se ha hecho realidad y, aunque me seduce inmensamente, también me asusta.



El miedo es como el monstruo ese que sale en la tele, en un anuncio de coches. Ese que crece con cariño; cuanto más cariño le das, más crece, hasta que no cabe en ningún sitio. El miedo crece con algo parecido al cariño, crece con la atención. Cuanto más atención le prestas, más y más crece, hasta que lo ocupa todo. Teniendo en cuenta que sólo puedo llevarme dos maletas de quince kilos cada una, mejor me irá desterrar el miedo cuanto antes…



Hay una frase en la película “Código 46” (os la recomiendo, sin duda) que refleja más que bien esto que estoy intentando explicar. Dice: “Huimos cuando tenemos miedo, nos lo ordena nuestro instinto, la adrenalina corre por el cuerpo, los músculos se contraen, el corazón late más deprisa y huimos… Huimos para salvar nuestra vida, huimos para ponernos a salvo hacia nuestro hogar, nuestra familia, nuestros seres queridos…”
Pero en ocasiones sucede que, la única forma de salvar nuestra vida es huir…hacia delante. Cerrar los ojos, contar rápido hasta tres y lanzarte al vacío. Como alguien me dijo ayer: “ahora, a meter quinta y hacia delante”. Esa es la única opción que contemplo ahora. Huir hacia delante, evitar mirar demasiado por el retrovisor, porque ya se sabe que llevo la morriña pegada a los zapatos, y volver a creer en la posibilidad de alcanzar la línea del horizonte de cada uno de mis sueños...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La cuenta atrás ya ha empezado todo los cambios dan un poco de vértigo pero te reirás de esto cuando eches andar...........