miércoles, 10 de diciembre de 2008

Insomnia...


Insomnia es esa noche en la que apenas puedes conciliar el sueño. En la que te pasas horas y horas con la mirada perdida, mirando al techo, o a la nada, y a ese reloj que no avanza, por mucho que te parezca que han pasado más de mil horas.

Insomnia es ese momento en que los pensamientos van y vienen, en el que luchas por cerrar los ojos y quedarte dormida y te sobresalta un pequeño ruido, o las primeras gotas de lluvia golpeando el cristal de tu habitación.

Insomnia es esa noche en la que te asaltan los recuerdos, y piensas en aquella niña inquieta que, al no poder dormir, se escapaba descalza por un largo pasillo a robar "galletas redondas" y "queso rojo" de la cocina de la abuela. Al oirla, la abuela siempre se levantaba y se sentaba un ratito a su lado, hasta que, con un beso en la mejilla y acariciándole el pelo, la convencía de volver a la cama.
- "Pero no puedo dormir"- decía la niña.

Y la abuela siempre le contestaba:

- "Cierra los ojos y piensa en cosas bonitas, verás como consigues dormir."

Tenía fe ciega en las palabras de mi abuela, que eran conjuros mágicos que conseguían siempre sus propósitos, asi que volvía a la cama con los pies frios, cerraba los ojos y me imaginaba en un largo viaje en globo, a lomos de un elefante en la India, o visitando ruinas antiguas que sólo conocía a través de los libros de mi padre.


Esta noche no he podido dormir, me he levantado y no he encontrado mi tesoro de "galletas redondas" y "queso rojo". Nadie ha venido a la cocina para acariciarme el pelo y darme un beso. No obstante, recordando las palabras mágicas de mi abuela, he vuelto a la cama, he cerrado los ojos y me he puesto a pensar en "cosas bonitas". Y para mi sorpresa no me he visto a lomos de ningún elefante, ni compartiendo rituales con hechiceros africanos ni acariciando a un koala en Australia. Me he visto, simplemente, en la ventana de una casa cualquiera, de una calle cualquiera de una pequeña ciudad industrial toscana. Me he visto viendo llover, viendo como las gotas forman figuras en el cristal y me acompañan con su melodía. He oído la puerta al abrirse y el sonido inequívoco de las llaves al dejarlas en la mesa de la entrada. El me ha abrazado por la espalda y me ha dado un beso dulce en la mejilla.
- "¿ Qué estás haciendo?"
- "Veo llover... Estoy lloviendo..."

Y pensando en su sonrisa, y en su gesto cómplice, me he ido poco a poco quedando dormida... Sólo recuerdo que soñé que mi abuela me abrazaba...

2 comentarios:

ISOLDA dijo...

Ojala no fuese solo un sueño!o bueno por el momento que lo sea, asi será todo lo perfecto que queramos!!

Ya sabes que un dia te dijeron :"sigue soñando...", pues hazlo, sueña , imagina, piensa en él, no te conformes con la realidad más lineal o conformista (guiño).

dulces sueños

Sergio dijo...

¡Qué bonito! Espero que puedas dormir y seguir soñando... ¡Un abrazo!