martes, 14 de octubre de 2008

De qué sirve llorar...



De fondo "Copenhague" Vetusta Morla

Sucede a veces que uno, simplemente, tiene ganas de llorar. Sin motivos reales, o al menos aparentes, algo te oprime el pecho, te aprieta el estómago y sabes de forma intuitiva que la única forma de liberarte de esta desagradable sensación es llorar. Pero te resistes, extrañamente te resistes, quizás porque en el mundo moderno nos hemos olvidado de guardar un espacio para las lágrimas que no tienen sentido. Todo va tan rápido que no somos capaces de atender nuestras verdaderas necesidades, y entonces surgen mil sensaciones que no aciertas a comprender, pero que están ahí, reclamando tu atención, aunque no seas capaz de adivinar su verdadero significado.




En esos momentos es cuando debes hacer acopio de valor, dejar volar al pájaro que aprietas entre tus manos y volver a creer que todo, absolutamente todo, tiene un sentido. Permitirte ser libre por un instante, entregarte a lo que sientes tal y como lo sientes, sin buscar explicaciones más allá...
Feliz cumpleaños, mamá...

1 comentario:

Sergio dijo...

Yo creo que aún hay hueco, a veces, para esas lágrimas sin sentido.

¡Un abrazo!