miércoles, 18 de abril de 2007

Cuando aún hay una primera vez...


Un día de otoño, cerca del Mercado Central de Florencia, a punto ya de irme y mientras era pasto de la melancolía y la tristeza, recibí en mi móvil un mensaje de Sulvè donde me decía que cada viaje es una trasformación y que la vida no deja nunca de ponernos a prueba. Ese día, como algunos otros, me acerqué un poquito más a entender como funciona esto de vivir. Y recordé que hubo un tiempo en el que pensaba que todo estaba hecho ya, que ya no habría misterios que sondear, descubrimientos que hacer, o pequeñas cosas que vivir por primera vez. En ese tiempo, cercano aún en el calendario pero tan lejano ya para mí, viajaba en un autobús a través del Sáhara. No sabía muy bien cual era mi destino, y sólo importaba encontrar una habitación, con calefacción (no os recomiendo pasear por el desierto cerca de Navidad...) y un buen té a la menta. Cerca de Tozeur el autobús se paró y tuve la oportunidad de ver un espectáculo magistral: un atardecer en pleno Sahara. Y lo contemplé por primera vez. Por primera vez descubrí el silencio, por primera vez agradecí la soledad, por primera vez la arena del desierto resbalaba entre mis dedos, y yo era tan pequeña... Tan pequeña como un niño que da sus primeros pasos. Y fue allí, en medio del desierto, con el frío penetrándome hasta el alma, entre naranjas y dorados, cuando entendí que no había hecho sino llegar al principio, al principio de todo lo que aún quedaba por hacer por primera vez...

Ahora, con la maleta a medio hacer, y con un billete de avión que me devolverá a la magia en la mano, entiendo cuanta razón tenía Sulvè aquella tarde de noviembre. Quien sabe que pruebas, que transformación traerá este viaje, pero quien sabe, también, cuantas primeras veces me regalará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Uno necesita el ánimo de un guerrero para cada uno de sus actos(...)
Un guerrero es un cazador. Todo lo calcula.Eso es control.Pero una vez terminados sus cálculos, actúa. Se deja ir. Eso es abandono.Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie lo empuja; nadie lo obliga a hacer cosas en contra de si mismo o de lo que juzga correcto. Un guerrero está entonado para sobrevivir, y sobrevive del mejor modo posible." del "Viaje a Ixtlan".
Disfruta de tu viaje.
Sulvé.