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También la semana pasada, mi padre me regaló una frase en un sueño muy intenso. Soñé que estaba a punto de llegar un poderoso huracán y yo tenía mucho miedo. Tanto miedo que apenas era capaz de caminar. Él llegaba a recogerme en su coche, tremendamente tranquilo mientras yo estaba tremendamente asustada. Yo empezaba a hablar rápidamente, casi sin lógica, como lo hago siempre que estoy muy nerviosa y le decía que como podía estar tan tranquilo, cuando se acercaba el mayor huracán de todos los tiempos.
Recuerdo que me sonrió y me dijo: “ No hay por qué tener miedo. Tú sólo aprovecha la fuerza del viento.”
Cuando desperté recordé que a veces aquello que puede destruirte es también aquello que puede impulsarte hacia delante, aquello que puede hacerte libre. La única diferencia es como lo quieras utilizar…
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