domingo, 27 de marzo de 2011

Un sueño...


Esta noche he tenido un sueño que me ha dejado inquieta. He soñado con alguien que fue muy importante en mi vida, un guerrero que hace mucho tiempo que ya no está, pero al que no puedo dejar de agradecer tantas cosas… No voy a escribir su nombre, porque tengo la extraña intuición de que de vez en cuando se pasa por este lugar, para saber que ha sido de aquella meiga que intentó regalarle un nombre mágico. No voy a escribir su nombre porque no importa, porque en la vida es siempre más importante el mensaje que el mensajero y lo que él trajo a mi vida fue realmente importante. Me enseñó que yo sabía amar, hizo posible que por primera vez en mucho tiempo yo me mostrara al mundo tal como soy, sin importarme lo que pudiera parecer, lo que se pudiera opinar, pero sobre todo, hizo posible que mostrara al mundo mi corazón, vulnerable, aún a riesgo de que pudiera salir herida. Recuerdo una frase “Asi soy, frágil, vulnerable, y te entrego así mi corazón, aún a sabiendas de que puedes destruirlo. Pero creo. Creo en ti, pero sobre todo creo en la fuerza de ese frágil corazón”. Una frase que escribí en una carta que nunca entregué, aunque viviera en mi bolso meses y meses….Eran otros tiempos. Los sueños tenían fuerza pero yo no tenía fuerza para soñar…

Esta noche he soñado que él estaba triste, anciano, que su mirada apenas tenía luz, que pese a todo, aún no había encontrado su camino, y, lo peor, que yo me negaba a ayudarlo, que decía “yo no voy a salvarlo”, después alguien me entregaba una llave y…y lo demás no importa.

El sueño me entristeció. No por él como lo que fue o lo que pudo haber sido, sino por lo que es ahora. Me puso triste pensar que dos almas tan próximas no hayan sido capaces, por encima de pequeñas cosas, de seguir siendo amigos, de seguir estando uno en los momentos importantes del otro y compartir tantas cosas… Me encantaría tenerlo como amigo. Me encantaría poder hablarle de lo que me pasa, de las locuras que he hecho en mi pasado reciente, de cómo vuelvo a encontrarme a mí misma…Me encantaría escucharlo, saber cómo se siente, que anhela de la vida, descubrirlo ahora que es una persona distinta… Lo he intentado, pero no ha podido ser. No se por qué, pero no importa, respeto sus decisiones, sus tiempos y le deseo lo mejor del mundo. En esta vida y en las siguientes. Mucha luz a su corazón esta noche.

Go gcumhdaí is dtreoraí déithe thú.

1 comentario:

Francesca dijo...

Se percibe muchísima tristeza por la pérdida, lo que fue y ya es, y quien sabe qué pasará mañana. Sólo queda agradecer lo que de él recibiste y saber que es libre de elegir su destino. Te deseo lo mejor.