lunes, 16 de junio de 2008

Cardamomo para calmar el corazón...


Hace ya bastante tiempo, recién llegada a este noroeste, encontré en una biblioteca un libro de Chitra Banerjee Divakaruni "La señora de las especias" que me transportó a un mundo lleno de magia y sabiduría. Ayer, por esas extrañas casualidades mágicas que tiene la vida, pude ver la película basada en esa novela y, aunque queda lejos de ella, hizo que algo se me moviera dentro, que me dirigiera a la alacena del faro y preparara una de esas antiguas pociones que creía olvidadas. Cogí un viejo caldero de cobre y puse en él un buen puñado de vainilla para endulzar los dias que se hacen amargos y llenar las ausencias...Puse una ramita de albahaca para fortalecer la memoria y no olvidar los buenos momentos vividos, romero para despejar las dudas y hallar lo perdido, un buen chorro de anís para ahuyentar el miedo y unas cuantas semillas de sésamo para restaurar la esperanza...

Después de beberme a sorbitos muy pequeños esa infusión, me fui a dormir con una hoja de laurel, maestro de sueños y profecias, debajo de la almohada, para ser capaz de trasladarme en el tiempo y soñar, una vez más, con su bendita mirada...

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