viernes, 28 de mayo de 2010

El mar...


Me falta el mar… Mi mar, el mar agreste que golpea tanto a los acantilados como a mi propio corazón…Hace unos días nos escapamos a ver el mar…Pero ese no era mi mar…su melodía no sonaba a cornamusa, violín y arpa celta, no evocaba lubres ni noches mágicas de hogueras. Hoy me falta mi mar…


Mañana me faltará la luna llena sobre la cúpula del Duomo…me faltará tiempo para reconstruir mi propia historia…me faltarán las calles, los lugares que ahora caminan mis pies…me faltará el sinsentido de este viaje, los por qués, los sueños que se me diluyen en cada lágrima…


Será la proximidad de un año más, la amenaza azul de la luna llena, pero por momentos la melancolía vuelve a apoderarse de mi espíritu…ayer cuando caminaba e intentaba encontrar un ápice de sentido a todo esto, a por qué la vida me ha traído hasta este momento y este lugar…


Quizás para volver a ser libre. Libre y plena. Plena únicamente por mí misma. Sin nadie más dentro de mí. Sola otra vez. Rotas las cadenas que me unen a este historia y a esta ciudad. Poder de nuevo sujetarme las alas a la espalda y volar lejos de todo…de todo lo que un día me ha dado la vida. Vaciarme. Vaciarme para poder volver a llenarme un día. Quizás de otras calles, de otras voces, de otras fronteras…


Me faltará. Mi mancherai…

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