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atravesaron mi senda rumores ajenos
tardé en reverenciarte
intentaron en vano difuminar mi ruta
más aquí estoy serena y complaciente
para abrazar tus despojos..."
©Viviana Álvarez
Hace un par de días la lluvia nos dio una tregua y pudimos ir a escuchar a La Oreja. No es que sean uno de mis grupos de culto, pero sí es verdad que algunas de sus canciones me transportan a una época muy bonita de mi vida... Hay cosas que no cambian, que siguen como siempre, y así, hay letras que te siguen punzando de una manera extraña el alma, y hacen que te preguntes si tú no serás ese mosquito idiota que se ha autoconvencido que convertirse en un ser racional a sus años es lo mejor que le puede pasar. Que te preguntes si no es cansancio o falta de fe, sino comodidad, si no es aceptar, sino resignarse... Que te preguntes si has renunciado a perderte esperando, a creer que es siempre el día menos pensado, a creer a pies juntillas que existe esa escalera azul que te puede llevar a la luna...
Hay cosas que no cambian, que siguen igual a través de los años, y así, aunque mañana sea 1 de agosto, en el noroeste vuelve a llover, aunque medio globo inicie sus vacaciones, yo piso el acelerador a fondo para encarar las últimas vueltas. Así, una soñadora se da cuenta siempre de que, pase lo que pase por su vida, seguirá emocionándose con una vieja canción.
Buen Lughnasad, y que la Diosa os bendiga.
P.s. el texto y la foto son de un blog que me ha dejado sin palabras...