viernes, 17 de abril de 2009

Canción de bohemia...


El tiempo vuelve a escapárseme de entre los dedos… Me parece increíble que, en apenas 48 horas, esté pisando charcos en otra de esas ciudades que me fascinan, que son como gigantes de piedra que sobreviven a los recuerdos y a los sueños rotos… En apenas 48 horas será Praga, la cuna de la bohemia, la que me arrullé entre sus brazos de piedra y leyenda. Hay ciudades a las que tienes por fuerza que regresar, y ésta es una de ellas. Así que, regreso. Regreso para recordar la primera vez que paseé por Stare Mesto, que ví anochecer desde el Puente de Carlos, la primera vez que escuché una leyenda. Esta leyenda….



“ Se cuenta que uno de los reyes más poderosos de Bohemia se enamoró de una joven ninfa que todas las noches cantaba en el Moldava. Ella también le amaba, pero no podía corresponderle por su condición de ser mágico. Si se unía a un mortal, rey o campesino, perdería su voz y sus alas de luz. El rey, loco de amor, no sabía ya que hacer para tratar de convencerla de que la pérdida no sería tanta comparada con lo que él la amaba, así que, después de ofrecerle tesoros, joyas, pinturas, bonitos vestidos… y ver que todo aquello no daba resultado, decidió regalarle una ciudad. Decidió construir para ella la ciudad más hermosa de Bohemia, no, la ciudad más hermosa del mundo. Una ciudad llena de magia y de puentes de piedra, de torres con agujas que llegan hasta el cielo y de cúpulas doradas, una ciudad llena de pequeños rincones donde perderse, de empedradas calles y tejados rojos, atravesada por el Moldava, para que ella, estuviera donde estuviera, siempre pudiera ver y escuchar el sonido del río… La leyenda continua diciendo que ella, con lágrimas en los ojos y viendo el amor inmenso que el rey le profesaba, aceptó el regalo y la propuesta de matrimonio y abandonó el río.
Al tercer día después de la boda hallaron muerta a la reina en las aguas del Moldava. Hay quien cuenta que no pudo soportar el dolor que le causó perder la voz, y decidió descansar para siempre en brazos de aquel que le había dado todo…”

2 comentarios:

Brigantia dijo...

Disfruta del viaje. Hablamos a la vuelta.
Me encanta esa leyenda...

Anónimo dijo...

Hola de nuevo, qué suerte, volver a Praga. Yo aún me acuerdo de mi viaje de fin de curso. Allí pasamos tres días... Quién pudiera volver.. Quién sabe, a lo mejor algún día...
Un saludo y disfruta
Estefanía