jueves, 5 de febrero de 2009

Mil grullas...


Sobre el poder y la fuerza de lo que se desea de corazón...


Una niña japonesa, llamada Sadako Sasaki y nacida en 1943, tenía sólo dos años cuando cayó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945. En 1955 le diagnosticaron una leucemia causada por la radiación a la se había visto expuesta. Conocía una vieja leyenda japonesa, según la cual todo aquel que plegara un millar de grullas de papel vería materializado su deseo más profundo.

Sadako empezó a pegar las grullas y completó más de mil antes de su muerte el 25 de octubre de 1955, con sólo doce años de edad. Su conmovedora historia hizo que se levantase, en 1958, un monumento en su honor y en el de todos los que sufrieron como resultado de las bombas atómicas. La estatua de Sadako con una grulla de oro sigue en pie en el Parque de la Paz de Hiroshima con la leyenda " Este es nuestro grito. Esta es nuestra oración. Paz en el mundo"

Todos los años, gente de todo el mundo pliega grullas de papel y las envía al monumento de Sadako en Hiroshima.


Hoy pliego mi primera grulla...

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