jueves, 24 de julio de 2008

Esas escurridizas musas...


Cuando todo acabe y el silencio hable
sólo tus pupilas sabrán que fue verdad
y entre los cristales
pedacitos de esa tarde, donde comenzamos a soñar.
Siempre serás bienvenido a este lugar,
a mi lista de obsesiones, que no vas a olvidar…


La oreja de Van Gogh “El último vals”


La inspiración es un hada caprichosa. Tengo que escribir, por primera vez, por encargo. Tengo que escribir sobre un lugar mágico, que conozco casi como la palma de mi mano, que me fascina, y no se cómo empezar…


He comenzado unas seis veces, y unas seis veces he borrado todo lo que había escrito. Me siento un poco como aquel viejo escritor de “En un rincón de la Toscana”, cuando decía que quizás ya no tuviera nada que contar. O quizás es que escribir sobre la ciudad dorada me cuesta especialmente, por lo que para mi significa, por el vínculo especial que me une a ella, por lo que ella tiene de mi desde ese primer día en que atravesé la estación de Santa María Novella con mi corazón seguro de que aquella no sería una ciudad más. Supongo que es la emoción, demasiados momentos vividos, la historia más intensa y especial que te ha sucedido nunca…esa emoción que te impide respirar en ocasiones, las noches en San Lorenzo, la luna llena y tú, detenida en un instante y en una mirada para siempre…¿Cómo lo explico con palabras?...


W. tiene razón cuando dice que hay cosas que las palabras no alcanzan a explicar, a veces es imposible dar con la combinación exacta de frases que cuenten lo que un lugar significa para ti. Podría hablar del Renacimiento, de la cúpula de Brunelleschi o del Ponte Vecchio. De una ciudad que respira arte por todas partes y que contiene el 10% del patrimonio artístico mundial. Del calcio histórico, de las vistas desde Fiésole o el Piazzale, o del síndrome de Stendhal y la Basílica de la Santa Croce. Pero no quiero caer en tópicos. Quiero hablar de lo que Florencia significa para mí…De GOV, del “ahora o nunca”, de las señales de la vida, del siseo de las serpientes de Medusa o la música del Universo, del sentido de que este blog se pusiera en marcha, del por qué del tatuaje en mi espalda… Y para eso, no llegan todas las palabras que se me van ocurriendo…

1 comentario:

W. dijo...

Jo, que pena no estar alli. Por un momento me has transportado pero luego he abierto los ojos y solo se veia esta habitacion. Es triste quedarse solo en duomo y ponte vecchio con la de rincones que hay. Echo tanto de menos todo...ais


Por cierto, noseq de un tatuaje en la espalda... el mio es el tobillo, si, un giglio fiorentino XD