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El verano ha llegado al Noroeste. Hace un calor enorme. Camino, escucho algo de Zero Assoluto, (non ti posso cerchare, non te posso trovare quì) y miro a mi izquierda...Ahí está, como siempre, él, el mar...Pienso en cuánto voy a echarlo de menos (è ora di ricominciare...), cuanto voy a echar de menos las puestas de sol colgada de la ventana del salón, los paseos al atardecer por la playa, las tardes perdidas de domingo frente al mar... (sai?, sempre mi mancarà il mare...) Pienso que quizás ni el verde más verde pueda consolarme cuando extrañe al gran azul, al Atlántico agreste golpeando contra las rocas en las tardes de tormenta... (là non c'è il mare...) y enseguida vienen a mi mente imágenes de hace 365 días exactamente (oggi non sei andato a lavorare, vero?), cuando mis pies perseguían un sueño por sus calles, a través de sus pasos y su mirada... Y pienso en regalarle ese mar que me saluda cada amanecer (che bello vedere il mare ogni mattina !..), el mar que llevo en la palma de la mano y que me ha ido dando forma, como a las rocas...
Comienza a sonar Zucchero... come si chiamaba questa canzone... "Wondeful life"...